Boda a la francesa

Una boda es una de las ceremonias para las que preparamos nuestro look con más antelación y esmero. Las posibilidades de una boda de día o de noche, la relación personal con los contrayentes y la estación del año en que va a celebrarse son importantes.

Pero en Francia existe además otra cuestión de etiqueta: la doble ceremonia. Los documentos civiles en el ayuntamiento, generalmente al mediodía. Suelen acudir sólo familiares y amigos íntimos.

Para esa reunión-ceremonia se necesita un look más formal aunque nunca serio. Para las señoras, el traje chaqueta es perfecto y se usa mucho. Los vestidos también aunque hay que evitar el largo hasta el tobillo: lo reservaremos para la noche. Es el país de los sombreros, pamelas y tocados.

• Una vez finalizada la firma de los cónyugues en el ayuntamietto, todo el mundo se retira a comer algo ligero o los novios habrán previsto un buffet en algun salón cerca de la ceremonia para sius invitados. No se entretienen mucho puesto que hay que ir a casa o al hotel a cambiarse de muda y arreglarse para acudir a la iglesia y, más tarde, a la cena.

Las señoras y señoritas podrán engalanarse con ese vestido largo de noche, con escotes palabra de honor o bustiers, colores del arco iris o estampados glamourosos. Cambio de zapatos, de peinado, de retoques de maquillaje con algo más de chispa.

Los señores tienen dos opciones. Acudir con el mismo traje que utilizaron en la ceremonia civil, o bien, deslumbrar con un traje de fiesta: smoking, traje de seda satinada, de algun color excepto negro o azul marino, incluso muy chic con un traje blanco inmaculado.

La entrada de la novia y la salida de ambos es un espectáculo de moda y complementos. Carteras, joyas, guantes, tocados. Si el vestido es muy escotado o provocador, habrá que cubrirse los hombros con un chal o estola como muestra de respeto a la iglesia. Una vez en la cena, ya se podrá disfrutar de un ambiente de fiesta donde la sensualidad está permitida. ¡Vivan los novios!.

Tu boda francesa no será tal sin un croquembouche, el pastel de bodas tradicional francés en forma de pirámide, elaborado con buñuelos rellenos de crema pastelera con sabor a vainilla y cubiertos de caramelo.
•    Con respecto a la comida, las bodas francesas se caracterizan por tener mucha, con platos fríos y servicio tipo buffet.  Una opicón puede ser pasar una sopa de cebolla, como también porner en el buffet lomito con salsa bernaise y papitas fritas, recordando así famoso Entrecote.
•    Una mesa de dulces al mejor estilo de María Antonieta no puede faltar, no dejes de colocar los famosos “macarons” (macarrones), que pueden mandar a hacerse de todos los sabores: fresa, chocolate, limón, entre otros.
•    Siguiendo con el mismo tema de los macarrones, estos pueden ser un detalle espectacular para tus invitadas o para las mujeres del cortejo: Elige macarrones de dos colores y preséntalos en bonitas cajas. 

Escoge una locación romántica que recuerde a los castillos o Chateaux. Un sitio que cuente con un gran jardín al estilo Versalles será el lugar perfecto.

“Jusqu'à ce que la mort les sépare”, esta es la forma de decir “hasta que la muerte los separe”.